Akasha significa Éter
La palabra Akasha proviene del sánscrito आकाश (ākāśa) y literalmente significa “espacio”, “cielo” o “éter”. En los Vedas —textos sagrados de la India— el Akasha es considerado el primer elemento, del cual emergen todos los demás: aire, fuego, agua y tierra. Es el vehículo del sonido, la vibración y la conciencia.
Etimológicamente:
“Ākāśa” = “a” (sin) + “kāśa” (forma, obstáculo) → lo que no tiene forma, lo que está en todas partes.
En los sistemas filosóficos hindúes (como el Vedānta y el Samkhya), Akasha es la sustancia invisible, inmutable y omnipresente, el espacio sutil que sostiene todo lo creado.
En tradiciones como la teosofía o la antroposofía, Akasha es el archivo vibracional del universo, una especie de memoria cuántica donde está registrada toda la información del alma, del tiempo, de las experiencias.
Por tanto, Akasha es sinónimo de Éter, entendido no como un gas o sustancia material, sino como el campo energético e inteligente donde todo existe y a la vez se conecta.
El Éter: la malla energética del universo
Aunque en la física clásica el concepto de éter fue descartado en el siglo XX tras la teoría de la relatividad, la física cuántica moderna y la visión energética lo han retomado desde otra perspectiva:
El “vacío” cuántico no está vacío. Está lleno de fluctuaciones energéticas, ondas de probabilidad y partículas virtuales.
Ese “vacío” es, en realidad, una matriz energética, que muchos hoy reconocen como campo de punto cero, campo cuántico o directamente como éter.
¿Qué es el éter en este enfoque?
Es la trama invisible que sostiene todo lo manifestado.
Es el espacio entre los átomos, las moléculas, los cuerpos celestes y los pensamientos.
Es el medio conductor de la energía, la vibración y la información.
Así como el cuerpo físico tiene órganos y tejidos, el universo tiene una malla energética que conecta todo, y esa malla es el éter.
Con Amor, Vane
