Te cuento algo que me ha sorprendido hasta a mí.
Con todo lo que sé sobre energía, siendo reikista, habiendo estudiado sobre los beneficios de caminar descalza, sobre el grounding, sobre el contacto con la Tierra… aún así, no lo había experimentado de verdad. No así. No tan profundo. Con consciencia.
El otro día, salimos en familia al monte como tantas veces. Paramos a hacer un descanso en un merendero cerca del rio, estaba aún verde siendo esta época del año..la humedad así lo ha mantenido… y algo me dice: quítate las sandalias. Y lo hago. Sin pensar mucho. Pongo los pies sobre el suelo, húmedo, fresco, … y empiezo a caminar.
Y es ahí cuando lo siento.
No solo con los pies. Lo siento en todo el cuerpo. Mis piernas se aflojan, mi mente se calma, el cuerpo respira solo. Y esa sensación… ¡wow! Como si flotara. Me recuerda a la arena mojada en la playa, cuando sientes que desaparecen todas las cargas. Pero aquí, en medio del monte.
Y me río sola porque pienso: “Con todo lo que sabes, ¿cómo no habías hecho esto más seguido?”
Claro que conocía los beneficios. Claro que sabía que andar descalza ayuda a descargar energía estática, que regula el sistema nervioso, que tiene respaldo científico. Pero esa tarde, más allá de lo físico, sentí algo más profundo. Sentí que mi chakra raíz se alineaba. Literalmente.
Como reikista sé que el primer chakra —el chakra raíz— tiene que ver con la conexión con la Tierra, con la seguridad, la confianza, la estabilidad interna. Y en ese momento, al pisar la tierra descalza, me sentí justo así: presente, firme, en paz, en casa.
Es como si todo lo que sabía desde la teoría, de pronto cobrara vida en mi cuerpo. Mis piernas se quedaron descansadas y esa noche dormí como un bebé.
¿Por qué andar descalza sobre la Tierra es tan poderoso?
No es solo por la ciencia (aunque también). El grounding ayuda a:
Descargar el exceso de energía acumulada.
Reducir el estrés, la ansiedad y la inflamación.
Mejorar la calidad del sueño.
Equilibrar el sistema nervioso.
Reajustar nuestros biorritmos naturales.
Pero energéticamente, va más allá.
Cuando caminas descalza sobre la Tierra, reactivas el chakra raíz, ese centro energético que nos conecta con lo más básico y esencial: nuestro cuerpo, la supervivencia, la estabilidad, la presencia.
Y cuando ese chakra se equilibra, lo demás empieza a fluir. Te sientes más segura, más enraizada, más tú.
Desde ese día, lo hago cada vez que puedo. Y te digo algo: no necesitas entenderlo todo ni saber de chakras para probarlo. Solo quítate los zapatos, pisa el pasto y siente. Deja que tu cuerpo lo experimente y que tu energía te lo confirme.
Créeme, es una de esas cosas simples que te transforman.
Con amor, Vane