¿Y si te dijera que no estás viendo el mundo tal como es, sino tal como tú eres?
Esta afirmación, que puede parecer poética o metafísica, está respaldada por la física cuántica, y también es central en las enseñanzas de grandes visionarios como Jacobo Grinberg y David R. Hawkins. La manera en la que observas, interpretas y te relacionas con la vida cambia por completo lo que experimentas.
¿Qué es el Observador Cuántico?
En física cuántica, existe un experimento fundamental que lo cambió todo: el experimento de la doble rendija. Este demostró que las partículas (como los electrones) se comportan de manera distinta dependiendo de si están siendo observadas o no.
Cuando no hay nadie mirando, la partícula se comporta como una onda, es decir, como una posibilidad. Pero cuando es observada, se convierte en una partícula, una realidad concreta.
El acto de observar cambia el comportamiento de la materia.
Esto llevó a la conclusión de que la conciencia del observador influye directamente en lo que sucede. En otras palabras: tu presencia, tu atención, tus creencias y tu nivel de conciencia dan forma a la realidad que experimentas.
Lo que percibes no es lo que es, es lo que tú eres
Jacobo Grinberg, neurofisiólogo y místico mexicano, propuso que existe una “realidad no estructurada” —una especie de campo cuántico puro— que se ordena a través de la percepción de cada individuo. Él llamó a esta interacción la lattice o malla neuronal.
Así, lo que ves como “tu mundo” es en realidad una construcción interna, proyectada sobre el espacio externo.
David Hawkins, por otro lado, nos regaló un mapa de la conciencia que nos muestra cómo diferentes estados internos (culpa, miedo, amor, paz…) vibran a distintas frecuencias y crean diferentes tipos de experiencias. Si tu conciencia vibra desde el miedo, atraerás situaciones que lo confirmen. Si vibra desde el amor, verás el mundo como un lugar seguro y bello.
Tu conciencia no solo observa la realidad, la selecciona, la filtra y la transforma.
¿Cómo influye esto en tu vida diaria?
Esto no es teoría. Es algo que puedes observar en ti mism@:
Si crees que el mundo es injusto, atraerás experiencias de injusticia.
Si crees que todo es posible, empezarás a ver posibilidades donde antes solo había bloqueos.
Si te ves como víctima, vivirás más desafíos que refuercen ese rol.
Si te ves como creador, comenzarás a transformar tu entorno desde dentro.
Y todo esto ocurre no porque el mundo cambie, sino porque tu forma de observarlo lo hace.
Cómo convertirte en un observador consciente
El gran poder no está en controlar lo externo, sino en transformar el observador interno. Aquí te dejo algunas claves para lograrlo:
1. Hazte consciente de tus filtros mentales
Observa tus creencias más profundas. ¿Te impulsan o te limitan? ¿Son tuyas o heredadas?
2. No reacciones, observa
Cuando surja una emoción o un conflicto, haz una pausa. Respira. Sé el testigo de lo que sucede sin identificarte.
3. Eleva tu nivel de conciencia
Elige vibrar más alto con prácticas como el perdón, la gratitud, la meditación, el arte o el servicio desinteresado.
4. Visualiza desde la verdad cuántica
Imagina lo que deseas vivir, no como una fantasía lejana, sino como una frecuencia que ya existe y que puedes sintonizar.
El mundo no es una película donde eres un simple espectador pasivo.
Empieza hoy a observar con más presencia, con más amor y con más conciencia. La realidad que estás buscando ya te está buscando a ti.
Con Amor, Vane
