¿Alguna vez sentiste que cuando todo empezaba a mejorar… algo volvía a romperse?
¿Te ha pasado que justo cuando creías que lo habías superado, vuelves a caer?
Tranquilo. No estás fallando. Estás viviendo.
Una de las grandes trampas de la mente es hacernos creer que la vida debería ser una línea recta, donde siempre deberíamos ir “a mejor”, sin altibajos, sin recaídas, sin caos. Pero eso no es vida, eso es fantasía mental.
La Vida es Cíclica, No Lineal
La naturaleza no se mueve en línea recta. Se mueve en ciclos: estaciones del año, fases lunares, ciclos menstruales, ritmos circadianos, olas del mar, respiración. Todo lo vivo, incluyéndonos a nosotros, se rige por ciclos. Subidas y bajadas. Avances y pausas. Expansión y contracción.
Pero nuestra mente racional busca controlar, anticipar, entender. Quiere progresos lineales, metas claras, estabilidad constante. Y cuando eso no sucede, se frustra, se resiste… se rompe emocionalmente.
La Montaña Rusa de la Vida
La vida se parece más a una montaña rusa que a una autopista recta y plana. Habrá momentos en los que sientas que todo sube: tu energía, tu abundancia, tus relaciones, tu conexión interna. Pero también habrá momentos de caída, de pérdida, de caos o confusión.
Y a veces, esa caída no será una sola vez. Volverá a bajar. Incluso más profundo.
Pero también, después de eso, llegará un nuevo ascenso. A veces lento. A veces inesperado. Pero siempre llega.
Así funciona el ritmo de la existencia.
El error de la mente lineal
El sufrimiento muchas veces no viene del ciclo en sí, sino de la expectativa de que las cosas sean constantes.
Nos convencemos de que “si ya me sané, no debería volver a doler”, “si ya aprendí esto, no debería volver a vivirlo”, “si ya alcancé algo, no debería perderlo”.
Y cuando la vida, que es cíclica, nos vuelve a mostrar la misma curva… nos sentimos fracasados.
Pero no estás volviendo al mismo punto. Estás girando en espiral. Tal vez vivas una experiencia similar, pero tú no eres el mismo. Hay más conciencia, más recursos internos, más comprensión.
Como la luna, como el mar, como tú
La luna no está rota cuando mengua.
El mar no está enfermo cuando retrocede.
Tú no estás mal porque estés cayendo otra vez.
Estás en un nuevo giro. Una nueva lección. Una nueva parte de tu evolución.
¿Y si lo abrazaras todo como parte del camino?
El alma no busca estabilidad. Busca expansión. Y para expandirse, necesita sacudidas.
Tu dolor, tu caída, tu miedo, no son errores. Son pasajes. Puertas. Transiciones.
Cada caída trae una fuerza oculta.
Cada subida se construye sobre lo que fuiste capaz de sostener en la bajada.
La clave está en confiar en el movimiento, no en apegarte a la forma.
Recuerda:
La vida no es lineal, es cíclica.
No estás retrocediendo, estás recalibrando.
No estás fallando, estás viviendo.
Lo único lineal es la mente tratando de entender lo que el alma ya sabe:
Que estás exactamente donde necesitas estar.
Permítete gritar en la caída, reír en la subida, cerrar los ojos en las curvas.
Pero no te bajes. Porque cada giro te lleva más cerca de ti.
Con mucha luz, Vane