Vivimos en una era de información rápida. Abres Instagram, ves un reel de 15 segundos que muestra un ritual, un hechizo, una pulsera, un tip espiritual… y sin darte cuenta, al día siguiente ya estás haciéndolo tú también. Lo has visto tantas veces que das por hecho que “funciona”. Pero… ¿te has detenido a preguntarte para qué sirve realmente eso que estás haciendo? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué se hace así y no de otra manera?
Este artículo es una invitación amorosa a la reflexión. Porque muchas veces, sin darnos cuenta, actuamos desde el automatismo. Repetimos prácticas, frases, costumbres… sin comprender su raíz, sin intencionar con conciencia, sin cuestionar siquiera si eso tiene sentido para ti.
Voy a contarte algo muy sencillo, pero muy revelador. Seguro has escuchado o visto eso de colocarte una pulsera roja en la muñeca izquierda. Está por todas partes. “Protección”, dicen. Pero... ¿proteger de qué? ¿por qué en esa mano? ¿y por qué roja?
Durante mucho tiempo también lo vi y, como buena mente lógica y racional, Virgo al fin, me costaba simplemente hacer algo “porque sí”. Así que me detuve, investigué, y por fin, lo entendí.
El color rojo, en el espectro electromagnético, es la frecuencia más baja, la más densa. Es una vibración fuerte, intensa, tensa. Y la muñeca izquierda representa simbólicamente el canal de lo que recibimos, mientras que la derecha es el canal de lo que damos. Todo en nuestro cuerpo tiene un sentido más profundo cuando aprendemos a escucharlo.
Entonces, si me coloco una pulsera roja en la muñeca izquierda, consciente e intencionadamente, lo que estoy haciendo es poner un “filtro vibracional” para que todo lo que reciba por ese canal se quede fuera si es denso, pesado, invasivo o negativo. Mi mensaje al universo es: “Todo lo que venga hacia mí, pasará este filtro. Solo lo sutil, lo amoroso y lo alineado conmigo entra”.
¿Te das cuenta de la diferencia? No es lo mismo hacer algo porque “está de moda” que hacerlo desde la consciencia y la comprensión. Y cuando hay intención, presencia y comprensión, la energía se mueve de otra manera. Ahí es cuando realmente funciona.
No sigas en automático
Hoy quiero invitarte, como lo hago con mis alumnos en cada formación, a cuestionarlo todo. Incluso lo que yo misma te enseño. Porque solo así hacemos propio el conocimiento. Solo así podemos decidir si algo nos resuena o no.
Infórmate. Investiga. Pregunta. Compara. Intuye.
No creas todo lo que ves. No repitas sin entender. Porque muchas veces, incluso las personas que comparten esas prácticas en redes, tampoco saben realmente su origen. Lo vieron, lo repitieron, y se volvió viral.
Pero tú estás en otro camino. Un camino más profundo, más consciente. Un camino en el que no solo haces por hacer, sino que eliges con el corazón, con la mente y con el alma.
Hazlo tuyo
Este mundo espiritual no necesita más automatismos. Necesita presencia, sabiduría interior y responsabilidad energética.
Así que la próxima vez que veas un ritual, una práctica, una técnica… no corras a replicarla. Respira. Pregúntate:
¿Qué sentido tiene esto para mí?
¿Cuál es su origen?
¿Para qué lo quiero aplicar?
¿Desde dónde nace esta necesidad?
Solo desde ese lugar profundo, lo que hagas se volverá sagrado. No por el objeto, no por el color, no por el hechizo… sino porque tú le has dado una intención verdadera.
Con amor y consciencia,
Vane